domingo

Adaptado o a tu manera ¿En qué quedamos?

Cómo ya os dije en el primer post ( o puede que no lo haya dicho, no lo sé) no esperéis que lleve esto al día porque afortunadamente, y como comprenderéis, no me paso el día indignada, y todas las palabras escritas aquí salen totalmente de la pura indignación. Esa por la que casi nadie lucha, pero que afecta a más de 3 millones de personas en España (imaginaros en el mundo)... caaaaaaaaaasi nadie vamos. En fin, que cuando esté mosca lo sabréis, porque vendré aquí, soltaré mi charla y el enfado por el hecho de que no se convoque una manifestación por los malditos adoquines del centro donde por casi me rompo la boca más de una vez, y por las innumerables barreras arquitectónicas que todavía seguimos sufriendo (OJO, que encima no tengo trabajo y soy universitaria! Un dramón nivel Amar en tiempos Revueltos) se me pasará, y todo volverá a ser multicolor, como el país de Maya. Todo será muy happy together forever and ever. Y ya está.

Ha sido un sábado bastante seco. He salido, me he comido un kebap con mis padres y he vuelto a mi casa. Datos que estoy segura que no os importan en absoluto, pero tenía ganas de contároslo JE JE. La question de todo esto, que me he puesto a ver fotos de mis viajes por el mundo y quería hablaros del concepto que tienen los hoteles y establecimientos de la palabra 'ADAPTADO'. Veréis lógico que lo primero que haga cuando busco algún sitio donde ir pues sea si puedo entrar o me tengo que quedar en la puerta como los perros en la panadería. El caso es que creo que deberían de mirar un poco más el diccionario porque muy claro parece que no les ha quedado...

Primera parada: Londres, United Kingdom

Llegamos al aeropuerto sanos y salvos, la liamos para salir de allí porque no entendíamos muy bien lo que quería decir la chica del mostrador con su "show me the card"... ¿THE CARD? ¿QUE CARD? En fin, el DNI. Ya puestos se podía aprender el nombre "DIII ENN AII". Siguiente experiencia: llego al mostrador donde compramos los billetes de metro y suelto un "Spanish pliiiiis", a lo que me responden "Oh no ZORRY"... Iba a entrar en hiperventilaSión porque necesitaba decirle a donde iba y ella seguía hablándome! Una hora y media después por fin estaba en el hotel. En la puerta claro. Esa puerta con tres escalones de piedra que daba hasta miedo verlos. Salió un hombre, que por la pinta que tenía era navarrico seguro (cuando abrió la boca lo ratifiqué). Primero dijo "Come On" pero ya sabéis, como dice Bisbal, que la tierra tira mucho y que a kilómetros de distancia sabemos quien es paisano y quien no, así que mi padre y yo le dijimos "Cusha, Español" y ya él se soltó y eso. Total que me llevó a una puerta. La puerta de ATRÁS. ¿Sabéis lo que es eso para mí? ¿Sabéis lo que significa que Carmen Viana entre por la puerta de atrás? es un dramón después de lo que me gasté en el avión, el hotelito y la ropa especialmente para ese viaje... MUSHA TELA, por la misma puerta que sacan la basura y demás desperdicios. Yo, la más grande, la Carmela de España!! Lo peor no era que tuviera que entrar por esa puerta, lo peor era que esa door siempre estaba cerrada y cuando esa noche llegué a las 12 mi madre tuvo que entrar dentro a que avisaran que me abrieran la dichosa puerta. Imaginaros que voy sola... me tendría que poner a pegar quejíos en medio de la calle pa' avisar a la recepcionista... Esto lo califico como "A Tu Manera".


Segunda Parada: Madrid

Los que hayáis estado en Madrid sabréis que el desnivel de sus calles orientado a las personas con discapacidad es un tema de estos de echarle de comer a parte. El caso es que este desnivel afecta a todo (en ocasiones creo que hasta algunos madrileños el desnivel les afecta psicológicamente y eso, ya sabéis, el rollo ese de la Espe Aguirre de "De Madrid al cielo!!!!") y en especial a los establecimientos, lo que hace que por un lado tenga un escaloncito insignificante y por el otro una altura digna de estudio. Pero claro, resulta que la puerta tenía que estar justo donde el escalón era digno de estudio, y fue cuando comencé  a reírme de la ley de la Cota Cero... esto era un Cota 5 por lo menos. En fin, pasé un poco porque me lo esperaba, y lo de la puerta de atrás volvió a repetirse, y yo ya no podía soportarlo... Veréis, que no me merezco esto. Menos mal que el desayuno Buffet era el mejor de la ciudad porque si no, no estoy segura el resultado de ese viaje. "A Tu Manera".


Tercera Parada: Valencia

Mientras cojo mis 2 maletas para dos días del coche, ya sabéis, algo común en las divas como yo que se llevan todo el armario para ponerse dos vaqueros y dos camisetas y ya está, se acerca mi madre y me comenta que tiene una buena noticia, y es que por fin voy a poder entrar por la puerta principal del hotel. Imaginaros la satisfacción, el placer, la excitación de saber que por una vez voy a entrar a un hotel de 5 estrellas por donde entra la gente normal. Pero claro JAJAJAJA (lapsus), cuando llegué a la ANTE-PUERTA, si se le puede llamar así, pues todo desapareció. Por la puerta principal ¿no? "Pues mama como no tire la cuerda y empiece a escalar con mi carricoche y las dos maletas incluidas por la rampa... no sé muy bien como voy a subir ahí". Pero en serio, una rampa que lo flipas en colores, blanco y negro y en sepia. Tanto que la estampa era mi padre y mi madre empujando mi sillita mientras yo agarraba una maleta con la boca, otra colgada a la cabeza y mis manos en las ruedas. Eso sí, la bajada era lo más!! Mucha modernidad mucha ciencia y mucha tontería para que luego hagan estos Everest delante del hotel vamos... la pipol desde luego cuando construye no piensa. Un vez más, "A Tu Manera"


Yo me lo tomo a coña casi siempre pero la verdad es que cuando tenga que enfrentarme a estas cosas totalmente sola no sé muy bien como reaccionaré... Tendré que llevar un equipo de escalada en el bolso o un altavoz de esos que te dan en la tómbola de la feria, que por experiencia propia y diaria sé que van de maravilla...

Besis.

lunes

La vida es como un autobús, nunca sabes lo que te va a tocar...

No sabía muy bien como comenzar a hablar de este tema, porque la verdad es que me tiene realmente cabreada, pero lo he pensado mejor y he llegado a la conclusión de que coger un mosqueo y romper varias cosas no va a solucionar la inútil labor del transporte público en Sevilla, así que he decidido relajarme un poco.

El pasado jueves iba yo sobre las 2 de la tarde por la calle, con mi maleta, mi ordenador, mis capas de ropa en el brazo y mis gafas carrera en la cabeza (un punto bastante importante de resaltar porque con el pico que me costó el capricho... como pa' perderlas). El caso, que yo estaba muy contenta, porque era jueves y porque los viernes paso de ir a clase a pesar de que tengo. La felicidad e ilusión que invadía mis órganos desapareció de un instante a otro cuando procedí a coger el autobús, o al menos, intentarlo.

Autobús 1

-Hola! ¿Podría bajarme la rampa?
(espero un rato con mi barriga pidiendo comida)
- No funciona. Vas a tener que esperar al siguiente.
(No me enfrenté a él y esperé)

Autobús 2

- Hola! ¿Podría bajarme la rampa?
(Me entraron ganas de decirle la rampa del siglo XII, porque vaya el estado de esta y del bus)
- No, porque ya llevo a una sillita dentro... Vas a tener que esperar al siguiente
(No reaccioné al principio pero desperté)
- Perdone, que lleva ¿Qué?
(Por un momento desee sufrir leve sordera y darme cuenta de que lo que había dicho NO ERA CIERTO)
- Otra sillita señorita. No puedo llevar a 2 personas a la vez en silla de ruedas ni en silla de bebé.
- Pero que me está contando autobusero, que hay mazo espacio, que llevas el bus vacío, que mi silla está hecha para que ocupe 0, que es casi del espacio, que podría tirarme con ella desde la estratosfera y casi ni se notaría mi presencia.
- Lo siento.
(Y así se cerraba la puerta de aquella cosa indefinible en mis narices)

Autobús 3

- Espero que su autobús si tenga la maldita rampa porque si no voy a cometer aquí una masacre.
-Mmmmm sí, pero no funciona
(NO ME JODAS)
-Vas a tener que esp...
- No, no voy a esperar al siguiente. Llevo aquí media hora esperando a que venga un autobús en el que poder llegar a mi casa, que casualmente está aquí al lado, pero se me ha metido en la cabeza que no voy a darme el palizón de ir andando (rodando, ya sabéis). Así que si es usted tan amable se baja de esa cabina alejada del mundo real en la que se encuentra y me aúpa como sea, pero lo hace.
- Es que no tengo permitido dejar la cabina sola
(¿Acaso alguien iba a meterse en la cabina del conductor en 10 segundos que iba a tardar?¿Acaso alguna persona que esté bien de la chorla quiere meterse en la cabina de un AUTOBUSERO?)
- Mire, que no voy a esperar al próximo, que me voy a montar y que usted me va a ayudar, porque si no voy a montar el pollo aquí de su vida.
(El hombre se bajó y me respondió que esto se soluciona llevando a un acompañante. Se veía que la independencia no era lo suyo, por eso no quería retirarse de su cabina. Se creería que le iba a picar un bicho salvaje o algo si salía.)

Bueno, que parece ser que al conductor del trasto aquel la palabra independencia no formaba parte de su diccionario, y el concepto de "debéis tener vuestros malditos aparatos andantes, que por cierto pagamos para que TODOS PODAMOS cogerlos, en buenas condiciones" tampoco lo tenían muy asimilado...

Hora más tarde llegué a mi pirindola y ya tenía los filetes y las papas frías en la mesa, exigiéndome a gritos una explicación de esta tardanza... A parte mi madre me reñía también por haber llegado tarde. "Claaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaro, seguro que te has parado a tomarte unas cervezas". 

Seguidamente me puse a buscar las normas que tienen los autobuseros en sus puestos de trabajos para ver si verdaderamente lo de las dos sillitas y lo de la cabina interestelar era cierto. Lo primero muy a mi pesar sí, lo segundo obviamente no. Menos mal que me quede con su cara. Es lo que tiene ser de un barrio un poco conflictivo, que te quedas con la cara de todo el mundo por si algún día te toca intervenir/reventar/huir de él. Os puedo asegurar que se va a cagar la perra (y su cabina también) la próxima vez que lo vea. Tanto que le voy a estampar el reglamento en la cara y tras eso voy a reírme.

Todo esto me superaba y con razón. ¿Donde está la accesibilidad de esta ciudad? Where? Yo no la veo por ningún lado... A todo esto se le sumaba la típica listilla que se te pone al lado comiéndote toda la moral y que suelta la frase de: "Pues yo estuve en ________ (véase cualquier lugar de España) y esto no pasaba".  Señora, no me toque la moral ¿vale? No soy de ese lugar donde todo va de maravilla, soy de aquí, donde todo está mal y donde no se hace nada por solucionarlo. Me gusta cuando callas porque no haces que me mosquee más.

A veces pienso que vivo en esta época, y hasta me gusta. 

Besis*